La entrada Cuando una multinacional del oro hizo tratos con un sanguinario grupo armado en el Congo se publicó primero en COLAPSISTAS.COM.
]]>Responsable de @CongoActual y elcongoenespanol.blogspot.com Autor del libro ¿A quién le importa el Congo? (2020)
AngloGold Ashanti (AGA) es una de las mayores multinacionales que explotan yacimientos de oro. La provincia de Ituri, en el noreste de la República Democrática del Congo, es rica en yacimientos de oro que, en muchos casos, han sido y son controlados por grupos armados que financian su actividad con el tráfico ilegal de este mineral. Con estas dos premisas claras podemos empezar a contar esta historia.
La historia
En 1996 la oposición armada a la dictadura de Mobutu invadió lo que entonces se llamaba Zaire -hoy República Democrática del Congo, RDC- con el apoyo del nuevo régimen ruandés tutsi. Uno de los líderes de esa alianza, la AFDL, Laurent Kabila, que a la postre sería el nuevo líder del país, concedió permisos de explotaciones mineras -incluso sin tenerlas en su poder- tanto para pagar los apoyos de los países que lo ayudaron como para financiar los retos a que se enfrentaba una vez en el poder. Una de ellas fue la Concesión 40, situada en Mongbwalu, en la provincia de Ituri, en el noreste congoleño y que albergaba grandes reservas de oro.
En 2001 la empresa sudafricana Ashanti Goldfields, predecesora de AGA, disponía de más de 8.000 kms. cuadrados de concesión. Para finales de 2003, tras dos terribles guerras y millones de muertos, alcanzada formalmente la paz, Ashanti estaba lista para comenzar a explotar la mina de oro concedida por el gobierno… Pero había un problema muy grande: que el gobierno no controlaba esa zona -como ocurría con otras zonas y sigue ocurriendo ahora- y el poder, de facto, estaba en manos de la milicia del Frente Nacionalista e Integracionista, FNI, grupo armado de la etnia lendu que, tras arrebatarle el territorio a la UPC, de etnia hema y con la que mantenía una lucha sangrienta, controlaba el territorio, el aeropuerto, las carreteras, sin que nada ni nadie se pudiera mover sin su permiso y sin pagar por ello.
Ante esta situación, Ashanti tenía dos opciones: abandonar o retrasar su explotación de la concesión minera… o llegar a un acuerdo con el FNI, mirando hacia otro lado sobre los crímenes que se le atribuían -y que en esos momentos seguía cometiendo- y la constatación por parte de expertos de la ONU de una relación directa entre la explotación de recursos naturales y la violencia armada en el Este congoleño. La decisión final quedaba clara tras estas declaraciones de Floribert Njabu, líder del FNI, a Human Rights Watch (HRW):
Llevé a la delegación de Ashanti a Mongbwalu en noviembre de 2003. Celebramos reuniones conjuntas allí y conocimos a muchos trabajadores. En otros viajes envié a mi jefe de gabinete para que los acompañara. Estamos en contacto regular con ellos, incluso con su sede en Londres. He hablado con el Sr. Sangara [Director de AngloGold Ashanti en Kinshasa] personalmente y con Jean Claude Kanku [consultor de AngloGold Ashanti con sede en Kampala]. Les hemos dado garantías de seguridad.
En marzo de 2004 un empleado de Ashanti comunicaba por carta que Njabu les había dicho que eran bienvenidos, que se les permitiría realizar sin problemas su actividad y que no debían alarmarse por la presencia de milicianos armados. Siempre según HRW, en mayo de ese mismo año, AngloGold Ashanti tenía 35 geólogos e ingenieros en la zona además de personal de seguridad. Aunque el gerente del proyecto afirmaba no tener relación directa con Floribert Njabu, testigos en la zona contaron a HRW sobre contactos frecuentes entre empleados de Ashanti y jefes del FNI. También diversos informantes declararon a esa ONG que Ashanti había realizado algunos pagos en efectivo y dado en ocasiones apoyo en logística y transporte al grupo armado.
Expertos de la ONU, supervisores del embargo de armas, informaron de que Ashanti había facilitado a Njabu una casa en Mongbwalu. Esta casa estaba custodiada por milicianos del FNI que incluía niños soldados y en ella era frecuente que el grupo armado realizara reuniones. La multinacional habría intercedido entre el FNI y la MONUC -la misión de la ONU en el Congo- y, según un senador congoleño, la relación entre la compañía y el grupo armado había reforzado a éste políticamente.
Posteriormente, en 2007, el Ministerio de Minas congoleño revisó todos los contratos existentes sobre las concesiones y concluyó que los términos y la transparencia del de la mina de Mongbwalu violaba la ley congoleña, por lo que fueron renegociados.
¿Cuál es la versión de Ashanti?
En un comunicado de prensa de octubre de 2019, AngloGold Ashanti decía, entre otras cosas:
En la República Democrática del Congo, país con un grave conflicto armado, AngloGold Ashanti no ha financiado o tenido vinculación con grupos al margen de la ley, ni en el continente africano, ni en ninguno de los países donde tiene operaciones.
AngloGold Ashanti no apoya, ni apoyará las milicias, ni ningún otro grupo, cuyas acciones constituyan un asalto a los esfuerzos por lograr la paz y la democracia.
Únicamente reconoce un pago al FNI de 9.000 dólares en 2005 «cuando rebeldes llegaron al campamento minero en Mongbwalu con fusiles AK47, amenazaron al personal y ordenaron que, de no realizar el pago en cuestión de horas, «cerrarían el campamento» Pagaron ese dinero para proteger la vida de las personas que se encontraban en el campamento, según Ashanti, tras lo que tomaron medidas para que no se repitiera una situación así.
Pero desde la propia empresa hay testimonios que dejan en evidencia tan tajantes afirmaciones, como el de la consultora en Uganda, Ashley Lassen que en mayo de 2004 confesaba a un investigador de HRW:
No queremos excluir a Njabu. Necesita sentirse incluido. Solo quiere dinero y luego se irá. Le hemos dado un poco, unos cientos de dólares aquí y allá, pero eso es todo. Sabemos cómo tratar con personas como él.
En un correo electrónico de la multinacional a HRW el 27 de abril de 2005 reconocía que había habido un «contacto inevitable» con el FNI en algunas ocasiones y que había pagado hasta septiembre de 2004 a esta milicia seis centavos de dólar por cada kilogramo de oro enviado al aeropuerto local.
¿Qué hizo el FNI en todo ese tiempo?
En sus conclusiones finales sobre la colaboración entre Ashanti y el FNI, HRW dice, entre otras cosas:
AngloGold Ashanti desarrolló una relación con el grupo armado FNI, cuyos abusos contra los derechos humanos y el derecho internacional humanitario ya estaban bien documentados en ese momento. Durante el primer año de las operaciones de AngloGold Ashanti en Mongbwalu, los investigadores de HRW se reunieron con representantes de AngloGold Ashanti en febrero, mayo y julio de 2004, destacando las preocupaciones de derechos humanos sobre el FNI y otros grupos armados que operan en Ituri, incluidas masacres étnicas generalizadas, detenciones arbitrarias , ejecuciones sumarias, uso de la tortura y otras formas de malos tratos y violencia sexual. Como dijeron sus representantes a los investigadores de HRW, AngloGold Ashanti no planteó preocupaciones de derechos humanos al FNI ni solicitó el fin de sus abusos.
El Frente Nacionalista e Integracionista había sido creado en 2002 para defender al pueblo lendu de la provincia de Ituri de los ataques de la etnia hema y, entre otros, de la milicia de la Unión de Patriotas Congoleños (UPC), apoyada por Uganda en aquellos años de guerra abierta. Precisamente Uganda abandonó a su socio, la UPC, para pasar a apoyar al FNI, milicia con la que cooperaron hasta que el ejército ugandés se vio obligado a abandonar el país por los acuerdos de paz.
Conjuntamente con el ejército ugandés, el FNI atacó Kilo el 10 de marzo de 2003, previamente a que ocuparan la zona de Mongbwalu. Los milicianos lendu se adelantaron a los soldados ugandeses y, tras tomar la población de mayoría nyali, acusados de colaborar con sus enemigos hema, asesinaron a un centenar de personas, la mayoría mujeres y niños. Entre julio y septiembre de 2003, esta milicia torturó, mutiló y asesinó a decenas de civiles en pueblos cercanos a la mina. Además realizó una auténtica «caza de brujas», buscando exterminar a todas las mujeres de etnia hema de la zona, muchas de ellas casadas con lendus, acusándolas de brujería y acabó con decenas de ellas quemándolas vivas en sus casas, arguyendo que Godza, un espíritu lendu, se lo ordenaba. La llegada a la zona de Floribert Njabu podría haber reducido, aunque no detenido, estos crímenes. En las zonas que controlaron sometieron a la población a detenciones arbitrarias, extorsión e incluso asesinatos, cobrando impuestos, imponiendo trabajo forzado y cobrándole tasas a los mineros artesanales del oro, si bien los propios rebeldes extraían oro de las mejores minas.
¿Qué fué del FNI y Floribert Njabu?
Los crímenes del FNI no se limitan a los relatados, sucedidos durante el período en que Ashanti y los rebeldes se relacionaron. Estos milicianos no sólo no parecían respetar a nadie, sino tampoco temerles lo que sería, a la postre, su perdición. Ya en mayo de 2003 asesinaron a dos observadores militares desarmados de la misión de la ONU -MONUC- Pero su acción más grave sucedió a finales de febrero de 2005 cuando atacaron a una patrulla de cascos azules y mataron a 9 soldados bengalíes. La reacción de los cascos azules no se hizo esperar y unos días después, con el apoyo de helicópteros, atacaron a los milicianos del FNI y mataron a entre 50 y 60 de ellos. Su jefe militar, Étienne Lona, se rindió a la MONUC.
Para entonces Floribert Njabu había sido arrestado en relación con los asesinatos de los cascos azules. Tras sufrir arresto domiciliario y cárcel fue trasladado en 2011 a La Haya para testificar en el juicio contra otro líder rebelde de su etnia, Germain Katanga, líder de las FPRI. Allí pidió asilo político y estuvo retenido hasta que se le denegó y volvió a la RDC, donde estuvo encarcelado hasta enero de 2020.
El FNI acabó disolviéndose aunque en 2006, durante combates con los cascos azules, mató a uno de ellos y secuestró a siete, que posteriormente liberaría. En 2007 comenzó a desmovilizarse, primero con 679 rebeldes que entregaron las armas y posteriormente con la rendición de otros 200 más 19 niños y 4 niñas. Estas rendiciones no fueron gratis, no sólo por la amnistía para muchos milicianos sino porque, como en casos similares ha ocurrido, su último líder, Peter Karim, pasó casi directamente de jefe rebelde a coronel de las Fuerzas Armadas Congoleñas.
Pero la historia del FNI volvería a la actualidad pese a su desmovilización cuando en 2008 una investigación de la BBC sacaba a la luz la venta de armas de cascos azules paquistaníes instalados en Mongbwalu a esta milicia a cambio de oro y marfil. La ONU acabó por cerrar su investigación sobre éste y otros casos de corrupción entre sus tropas aduciendo falta de pruebas. Pese a ello es inevitable recordar que cascos azules pasquitanies, también, fueron los que masacraron a decenas de milicianos del FNI unos años antes…
El FNI se convirtió en partido político mientras que Floribert Njabu, tras su liberación, trabaja en la pacificación de la zona en colaboración con el gobierno.
¿Qué ha sido de Ashanti y de la mina de Mongbwalu?
En la actualidad, AngloGold Ashanti es el tercer productor de oro del mundo y el primero de África, tiene 11 proyectos en todo el mundo, cotiza en importantes Bolsas, con accionistas de todo el mundo que incluyen a grandes instituciones financieras mundiales y da empleo a más de 36.000 personas, según su propia información. También se dedica a la plata (Argentina) y al ácido sulfúrico (Brasil).
Ashanti se apunta a todo lo que sea sostenibilidad, transparencia, respeto a los derechos humanos, cuidado del medio ambiente, etc. etc. y cotiza, además de en otros índices, en varios relacionados con esos conceptos como el TSE4Good de inversión responsable y en los índices de minería responsable y de igualdad de género de Bloomberg, dice en su página web:
Nuestra estrategia reconoce que operamos en un entorno complejo y que nuestra capacidad para lograr resultados sostenibles está entrelazada con las personas, la política, el planeta y la economía. En respuesta, nuestra estrategia es dinámica y adaptativa, considerando los desarrollos en las jurisdicciones en las que operamos.
A medida que buscamos crear valor tanto para nuestros accionistas como para las partes interesadas, reconocemos que esto no se puede lograr de forma aislada, y un enfoque colaborativo es un requisito previo para el éxito.
Ashanti nunca llegó a explotar la mina de Mongbwalu, de la que tenía previsto sacar oro en 2013.
En los años posteriores, a medida que avanzaban las actividades de exploración, y al recibir informes sobre combates en la región, AngloGold Ashanti y su filial tomaron la decisión de no continuar las actividades de exploración en la zona y retiraron a sus empleados.
Pero lo que no hizo fue abandonar la explotación de oro en la RDC y se asoció con Barrick que, junto a la empresa estatal SOKIMO, poseía una mina de oro, tanto a cielo abierto como subterránea, en Kibali, en la provincia de Alto Huele, vecina de Ituri. Y de aquí sí sacaron oro en 2013.
No obstante esta nueva mina no ha estado alejada de la polémica en ningún momento. Su puesta en explotación supuso el desplazamiento de 15.000 personas que vivían en la zona. Según un responsable de la empresa minera que lo realizó, la nueva población contruída por su compañía, con iglesia y cementerio, mejoraba las malas condiciones en las que vivían anteriormente. Pese a ello, a partir de 2015 muchas personas comenzaron a construir viviendas en la denominada «zona de exclusión» de la mina, donde aún no había explotación minera. La puesta en explotación de la llamada zona B conllevó en octubre de 2021 el desalojo de las personas allí instaladas y la demolición de sus casas -unas 60- Durante el desalojo habrían muerto entre 4 y 6 personas por disparos de la policía.
En 2014 varios sindicatos congoleños responsabilizaron a Kibali Gold Mines -la empresa conjunta que explota la mina- de que trabajadores de una de las empresas integrantes, SOKIMO, llevaran dos años sin cobrar sus salarios al no recibir ésta las regalías correspondientes por la explotación del oro.
Por su parte la mina de Mongbwalu fue vendida por Ashanti tras haber gastado cientos de millones de dólares en trabajos de exploración previos a la explotación. Tras pasar por diferentes manos, hoy es propiedad de Mongbwalu Gold Mines, MGM, empresa fruto de una alianza de diferentes firmas.
Una de las particularidades de esta mina y, en general, de la minería en la RDC, es la presencia de mineros artesanales, excavadores que sacan, en este caso, el oro por su cuenta y como pueden. Su presencia y el enfrentamiento con ellos fue uno de los motivos por los que Ashanti se deshizo de esta mina y los posteriores propietarios consintieron el trabajo de cooperativas de excavadores a cambio de un porcentaje. Pero la actuación de cientos de excavadores individuales, algo que MGM no permite, ha provocado graves conflictos, protestas y enfrentamientos que en más de una ocasión se han saldado con disparos de los agentes de la compañía.
Entre unos y otros han dañado gravemente el medio ambiente de la zona y comprometido necesidades básicas como el suministro de agua:
A la empresa no le importa el medio ambiente. Han reagrupado a los mineros artesanales en cooperativas, pero estas cooperativas no se dedican a la protección del medio ambiente. Esto convierte a MGM en un motor de destrucción ambiental aquí.
Declaraba el representante de una ONG local en una reciente entrevista.
Grandes superficies han sido taladas y colinas arrasadas para abrir nuevos pozos mineros y las técnicas utilizadas están desecando ríos o contaminando el agua con mercurio.
En un reportaje publicado en Governance in conflict Network en septiembre del año pasado, las autoras, Evariste Mahamba y Judith Verweijen, describían la zona de la mina de Mongbwalu como un lugar de pésimas carreteras, con toda la actividad centrada en la mina lo que dejaba a una mayoría de la población analfabeta y gran número de niños desnutridos que abandonan la escuela a los diez años, sin que falte la presencia y ataques de rebeldes, en este caso los milicianos de etnia lendu de CODECO.
La zona es rica en oro, pero tan pronto como uno llega a este pueblo rural, es miseria. Uno puede leer la pobreza en los rostros de la población.
Contaban en el artículo.
En este panorama, sólo la visita esporádica de periodistas y la lucha, constante y arriesgada, de miembros locales de la sociedad civil, evidencia una realidad que nadie más quiere ver.
¿Es toda esta historia un caso aislado?
Aunque no encontramos casos tan documentados como el de Ashanti en su relación con el FNI es obvio que, de una manera u otra, con intermediarios de uno u otro tipo, la obtención del oro congoleño -como en el caso de otras materias primas de este rico país- necesita muchas veces la complicidad entre explotadores o compradores y grupos armados teniendo en cuenta que en el rico Este congoleño medran a través de la violencia más de una centenar de milicias.
Sin ir más lejos el propio FNI aparece en una denuncia realizada en Suiza en 2013 por la ONG TRIAL que acusaba ante la fiscalía a la empresa Argor-Heraeus de haber refinado oro obtenido por esta milicia. La investigación se cerró en 2015 por falta de pruebas de que la empresa conociera el verdadero origen del oro que refinó.
Expertos de la ONU estimaron en 2013 que el 98% del oro que salía de la RDC lo hacía ilegalmente y es fácil encontrar noticias, incluso declaraciones de traficantes, de cómo se traslada en simples maletines oro por carretera a Uganda o por avión al aeropuerto de Kigali, en Ruanda, que a partir de ahí queda «limpio». El Servicio Internacional de Información sobre la Paz estimaba que el 64% de los mineros de oro congoleños trabajaban bajo control de actores armados, lo que incluía al propio Ejército congoleño.
En mayo de 2021, Pascal Nyembo Muyumba, Coordinador de la Comisión Nacional para la Lucha contra el Fraude Minero, citaba ante el Consejo de Seguridad de la ONU a la empresa belga AGR, que se había instalado en la vecina Uganda para comprar la producción de las zonas mineras congoleñas controladas por grupos armados. Precisamente el dueño de African Gold Refinery (AGR) y otras empresas similares, el belga Alain Goetz, fue sancionado por el gobierno norteamericano el pasado mes de marzo por la compra de ese oro, que refina en Uganda y vende en los Emiratos Árabes. La sanción congela sus activos en Estados Unidos y le impide acceder a su sistema financiero.
Con todo lo dicho, ejemplos de otras muchas situaciones, queda claro que en muchos casos los beneficios y el enriquecimiento son las prioridades, por encima de cualquier cosa, a la hora de acudir al Congo a extraer minerales.
@CongoActual
Como fuente principal sobre la relación entre Ashanti y el FNI se ha utilizado este resumen del informe emitido en su día por HRW.
Como fuente principal sobre los crímenes cometidos por el FNI se ha utilizado esta información publicada por HRW.
Para más información sobre legislación internacional sobre minerales de conflictos, especialmente en lo referente a la Unión Europea, recomendamos la lectura de nuestro artículo Minerales de sangre, las pocas prisas de la UE para combatirlos
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]]>Las aerolíneas han sido particularmente afectadas. En España, Aena ha informado de alteraciones en sus sistemas, lo que ha llevado a retrasos en los aeropuertos. Iberia ha confirmado que están operando con sistemas manuales debido a la caída. En Estados Unidos, la aerolínea Frontier Airlines tuvo que cancelar varios vuelos y suspender temporalmente sus operaciones por problemas en las reservas y el acceso a las tarjetas de embarque. Sin embargo, la aerolínea ha anunciado que sus sistemas están comenzando a normalizarse.
Además, el fallo ha afectado a otros servicios clave de Microsoft, como OneDrive, SharePoint y Microsoft Teams. Los usuarios han reportado dificultades para acceder a archivos y documentos almacenados en estos servicios. Microsoft ha identificado y revertido el cambio de código que causó el problema, pero algunos usuarios aún están experimentando dificultades.
La interrupción también ha afectado a Outlook y Exchange Online, impidiendo que los usuarios se conectaran a sus correos electrónicos y experimentando un rendimiento degradado en las aplicaciones de Outlook. Microsoft ha reconfigurado su infraestructura para solucionar estos problemas, y aunque la mayoría de los usuarios ya pueden acceder nuevamente a sus correos, algunos aún pueden necesitar reiniciar sus aplicaciones para ver la resolución completa.
Esta interrupción ha puesto de relieve la dependencia de muchas empresas en los servicios en la nube de Microsoft y ha subrayado la importancia de tener planes de contingencia para gestionar este tipo de fallos tecnológicos
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]]>La primera vez que escribí en Raíz y Rama fue en 2020 y lo hice sobre el coche eléctrico, entonces y ahora uno de los baluartes de la transición energética en la que estamos empeñadas y que trata de que con ciertos cambios sigamos haciendo lo mismo, pese a estar en una situación de emergencia climática y agotamiento de recursos. Se calificaba al coche eléctrico como una alternativa ecológica, verde, limpia y otra serie de calificativos que, a poco que se escarbara, resultaban en muchos casos medias verdades, cuando no mentiras.
Hace cuatro años el hidrógeno verde empezaba a sonar con fuerza como otra alternativa energética y ecológica que la guerra de Ucrania no ha hecho más que reforzar, tras habernos enfrentado a la dependencia y riesgo de escasez en las que vivimos, enganchadas a los combustibles fósiles. Pero aunque pueda fastidiar la fiesta en la que dirigentes políticos, medios de comunicación y empresas nos meten a diario mostrando al hidrógeno verde casi como una panacea, la realidad, una vez más, es muy distinta.
HIDRÓGENO E HIDRÓGENO VERDE; QUÉ SON
El hidrógeno es el elemento químico más abundante que existe –constituye el 75% de la materia del Universo- pero casi siempre se encuentra formando parte de compuestos químicos. Se puede decir que no hay minas o yacimientos bajo tierra y se tiene que separar y extraer de otros compuestos como el metano (CH4), carbón, petróleo, biomasa o agua (H2O). El hidrógeno no es una fuente de energía, sino un vector de energía, esto es, contiene y transporta energía; una explicación gráfica sería decir que viene a ser como una batería.
En la actualidad, la casi totalidad del hidrógeno que se produce procede de hidrocarburos, principalmente del metano -96%- mediante reformado con vapor de agua que, además de obtener hidrógeno, produce CO2 . El hidrógeno que se produce en la actualidad se destina principalmente a la fabricación de amoniaco y fertilizantes, al refinado del petróleo o a la producción de acero y vidrio.
El hidrógeno verde se obtiene del agua mediante electrólisis: se aplica una corriente eléctrica que separa las moléculas del agua obteniendo de un lado hidrógeno y de otro vapor de agua. Un litro de agua contiene 0,1111 kg. de hidrógeno y 0,8889 de oxígeno. Para que el hidrógeno obtenido por electrólisis del agua se denomine “verde” la energía utilizada en el proceso debe proceder de fuentes renovables, como la solar o la eólica.
UN COMBUSTIBLE INEFICIENTE
El principal, aunque no único, inconveniente que plantea la utilización del hidrógeno verde para producir energía es su ineficiencia. A quienes somos profanas en la materia chocará mucho el dato inicial que se encuentra cuando se investiga un poco sobre ello: un kilogramo de hidrógeno verde contiene 33/40 kWh… pero para obtenerlo se necesita una energía equivalente a 55/60 kWh.
¿Cómo es posible, entonces, que se apueste en la manera que se está haciendo por un combustible que consume en su producción mucha más energía de la que aporta? Como apunta el científico del CSIC, Antonio Turiel, la “economía del hidrógeno” que proponía a principios de siglo el economista Jeremy Rifkin se basaba en aprovechar los remanentes de electricidad producida por fuentes renovables en los horarios de bajo consumo. Aunque, ciertamente, existen picos en los que la energía producida de fuentes renovables no se aprovecha, obviamente en el tiempo que estamos y que viene toda la energía que podamos obtener parece resultar poca y las llamadas fuentes renovables tienen unas limitaciones que no las hace posible producir energía ni a todas horas ni todos los días.
Pero ni el consumo energético acaba en su producción, ni es el único inconveniente que el hidrógeno verde presenta.
ALMACENAMIENTO Y TRANSPORTE
La molécula del hidrógeno es una de las más pequeñas que existen, por lo que es muy complicado retenerla, pudiéndose registrar pérdidas de hasta un 2 o 3% diario mientras se mantienen almacenadas en depósitos, sin olvidar que el hidrógeno es altamente inflamable y basta poca energía para que arda o explote. Su baja densidad energética en volumen hace que ocupe mucho espacio y para almacenarlo es necesario aplicarle altas presiones y utilizar depósitos de gruesas paredes y gran peso –un depósito de 180 litros puede pesar 90 kilogramos- mediante un proceso muy complejo.
No obstante existen otras formas de almacenarlo, aunque más complejas, como introducirlo en formaciones geológicas subterráneas o a través de compuestos como el amoniaco o el metanol, de los que luego habría que extraerlo.
Para su transporte hay que tener en cuenta, además, que corroe las tuberías y hace necesario recubrirlas con un plástico protector, lo que impide utilizar las mismas canalizaciones que se utilizan para el gas. Existe la posibilidad de mezclarlo con el gas dentro de los gaseoductos, pero esta mezcla solo sería válida hasta un máximo del 20% de hidrógeno.
Sea para su almacenamiento o transporte, comprimirlo o licuarlo implica añadir más gasto energético que lo hace más ineficiente; entre una y otra forma la que más energía consume es la del hidrógeno líquido, que multiplica por seis el gasto de comprimirlo, aunque su densidad duplica la del estado gaseoso. Comprimirlo a altas presiones implica, además, una importante pérdida de energía.
APLICACIONES COMO COMBUSTIBLE EN NUESTRA ACTUAL SOCIEDAD
El hidrógeno verde se plantea como una alternativa a las necesidades energéticas de nuestra sociedad tanto para el transporte, el hogar o la calefacción. Así pues vamos a ver diferentes opciones que tiene en estos apartados.
Hogar y climatización. Como hemos visto, la producción del hidrógeno verde requiere una cantidad superior de electricidad –para la electrólisis- de la que el propio hidrógeno almacena por lo que no tendría sentido sustituir la electricidad “convencional” por hidrógeno verde, ya que sería necesaria mayor energía para el mismo uso.
Una caldera que utilice hidrógeno verde necesita seis veces más energía eléctrica que una bomba de calor. Si ésta procede de energías de fuentes renovables no es necesario hacer muchos cálculos para realizar la elección.
Existe la posibilidad de utilizar una mezcla de hidrógeno verde y gas (20/80) que sólo reduciría las emisiones de CO2 un 7% -y no un 20% como podría pensarse-.
La utilización de hidrógeno verde en aparatos que pueden funcionar con gas –como calderas u hornos- necesitaría una canalización diferente de la del gas, como ya hemos visto, o una importante y costosa transformación de ésta, además de adaptar las bombas y los equipos de medición, y al producirse la combustión con aire ambiental y no con oxígeno puro, si bien las emisiones de monóxido de carbono podrían ser nulas, se seguirían emitiendo los peligrosos óxidos de nitrógeno (NOx) en un 60%.
Coches. Aunque el hidrógeno libera tres veces más energía que la gasolina o el gas y un vehículo de motor de combustión interna de hidrógeno es un 30% más eficiente que uno de gasolina (Centro Nacional del Hidrógeno), el coche eléctrico resulta 3,2 veces más eficientes que los coches alimentados por pila de hidrógeno.
Aviación. Por sus características, un avión consumiría un mayor volumen de hidrógeno que de los combustibles que actualmente utiliza por lo que, al necesitar cargar mayor peso, la alternativa del hidrógeno sólo valdría para vuelos muy cortos (Agencia Europea de Seguridad Aérea).
Transporte marítimo. Buscando informaciónsobre los combustibles utilizados en el transporte marítimo se llega a la conclusión de que se está usando cualquiera que sirva –chapapote incluido- independientemente de lo contaminante que resulte, por lo que parece que cualquier alternativa es bienvenida. Pero también, de esa manera, es fácil llegar a la conclusión de que la posibilidad de utilizar hidrógeno directamente en los barcos está en sus inicios mientras que serían otros compuestos relacionados con él los que sí se podrían aplicar, como el amoniaco –que ya hemos visto que es uno de los habituales usos que se da al hidrógeno producido- o el metanol –que se obtiene de sintetizar hidrógeno junto a CO2 capturado en plantas de producción-.
¿VERDE?
Recordemos que el hidrógeno “verde” recibe esa calificación porque procede de la electrólisis del agua, proceso que “solo” genera vapor de agua, y porque en este proceso se utiliza energía procedente de fuentes renovables.
Lo primero que hay que decir es que las energías de fuentes renovables sí emiten gases de efecto invernadero, contra el mensaje que desde todas partes se da y que las califica habitualmente como “limpias”. Necesitaríamos un largo artículo para explicar todos esos pormenores pero baste decir, a partir de esa evidencia, que no se puede relacionar al hidrógeno verde con un combustible obtenido con “cero emisiones de CO2”.
En segundo lugar hay que advertir de que no se debe hablar a la ligera del vapor de agua, como si fuera una sustancia inocua. El vapor de agua es un potente gas de efecto invernadero, si bien su permanencia en la naturaleza es corta. Estudios como el publicado en Science en 2010 relacionaban la disminución de vapor de agua en la estratosfera con la ralentización del aumento de temperaturas en la superficie del planeta.
Después de ello debemos volver a la ineficiencia energética del hidrógeno. Sin entrar en más detalles, es obvio que todo lo que suponga ineficiencia energética está relacionado con la necesidad de producir más energía para obtener los mismos resultados y que, incluso aunque ésta provenga de fuentes renovables, conllevará emisiones nocivas y consumo de materiales finitos –molinos, paneles solares, plantas, etc.- además de ocupación del terreno. Esto mismo tendrá que ocurrir si se llevan a cabo grandes proyectos de hidrógeno verde, con la creación, sustitución o reforma de inmensas cantidades de canalizaciones, aparatos o la fabricación de enormes y pesados tanques de almacenamiento.
Viene bien para darse una idea de lo que energéticamente consumiría en recursos y medio ambiente un aumento exponencial de la producción de hidrógeno verde recordar datos como estos:
-cubrir el tráfico aéreo europeo con hidrógeno obtenido a través de energía eólica supondría cubrir de molinos una extensión superior a Hungría,
-producir de manera “verde” todo el hidrógeno que actualmente se obtiene a partir del metano consumiría el triple de toda la energía solar y eólica producida durante 2019 (Hydrogen Science Coalition).
La grave realidad de las pérdidas en el almacenamiento y distribución del hidrógeno añade a la atmósfera grandes cantidades de este gas –mayores, cuanto mayor sea su producción y distribución- lo que tiene dos efectos nocivos.
-Por un lado, los radicales hidroxilos que hay en la atmósfera reaccionan con el hidrógeno. Los radicales hidroxilos reducen la duración en la atmósfera del metano, un gas de efecto invernadero mucho más potente que el CO2 aunque de menor duración –unos veinte años- por lo que a menor cantidad de radicales hidroxilos, mayor duración del metano capturando calor en la atmósfera. Según y cómo, la reducción de CO2 que se achaca a la utilización de hidrógeno verde podría verse compensada con el aumento de la duración del metano en la atmósfera.
-Por otra parte la presencia de hidrógeno en la atmósfera aumenta la del ozono troposférico –relacionado con el aumento de enfermedades respiratorias, reducción de la producción agrícola y daño a ecosistemas- y la del vapor de agua estratosférico, sobre el que ya hemos hablado.
Otra consideración fundamental que se debe hacer sobre la producción de hidrógeno verde y que también suele tratarse a la ligera es que se obtiene a partir del agua. Aunque estemos acostumbradas a ver el agua como un elemento inagotable, no hace falta explicar que hoy en día es un bien escaso, indispensable para la vida y causa de terribles crisis humanitarias cuando escasea o se agota.
Para obtener una tonelada de hidrógeno verde se necesitan nueve toneladas de agua pura, que vienen a ser el doble de agua sin purificar. Si a esto se le suman las pérdidas, tenemos una proporción de 20 toneladas de agua para producir una tonelada de hidrógeno verde. La Unión Europea pretende producir en 2030 diez millones de toneladas de hidrógeno verde, con lo que es fácil calcular la inmensa cantidad de recursos hídricos que serían necesarios.
Y por si caemos en la habitual tentación de pensar en el agua del mar –que consideramos más inagotable aún, si se puede utilizar esta expresión-, la proporción de agua necesaria para producir hidrógeno verde se multiplicaría por entre 2,5 y 5 veces, pues sería necesaria la desalación, que sumaría un mayor coste energético a todo el proceso y problemas medioambientales, como la gestión de la salmuera.
¿VOLVEREMOS AL EXTRACTIVISMO COLONIAL?
En el mundo desarrollado, especialmente en Europa, hemos hecho norma que cuando determinados recursos fundamentales para nuestra economía se van acabando o, simplemente, no disponemos de ellos, viajamos donde sea y los traemos, sea con transacciones comerciales, mediante la corrupción o a sangre y fuego. En el hidrógeno verde empieza a vislumbrarse algo parecido ya sea por, como acabo de comentar, el consumo hídrico que necesita su producción y que seguramente no podemos permitirnos o por la utilización de energías de fuentes renovables a unas escalas que nos resultan casi imposibles de alcanzar.
África y, especialmente, la República Democrática del Congo, ya sufren nuestra transición energética basada, entre otros, en minerales como el coltán, el cobre o el cobalto, pero el hidrógeno verde ya se plantea como otro combustible “verde” a obtener sobre las espaldas congoleñas. El proyecto Inga III, una megapresa en el río Congo sería una gigantesca fuente de energía eléctrica para producir hidrógeno verde con destino a Alemania.
“Produzcan hidrógeno verde y podrán contar con nosotros como compradores” decía en noviembre pasado el canciller alemán Olaf Scholz en una reunión con líderes africanos.
Alemania pretende invertir 4.000 millones de euros en proyectos como la megapresa en el río Congo para rebajar las emisiones contaminantes alemanas en un proyecto que aparentemente supondría un beneficio mutuo para los dos países.
A quienes conocemos la Historia del Congo y su realidad diaria, palabras como las pronunciadas por el líder alemán en la citada reunión: “África es nuestro socio ideal a la hora de intensificar nuestras relaciones económicas y avanzar juntos hacia un futuro neutro para el clima” (deutschland.de 21-11-2023) nos suenan muy parecidas a las que pronunciara Leopoldo II de Bélgica antes de iniciar en el entonces desconocido Congo uno de los capítulos colonizadores más salvajes jamás habido y amenazan con repetir situaciones como la extracción del cobalto congoleño, de la que se beneficia el mundo desarrollado y una minoría de congoleños y deja contaminación y pobreza al pueblo congoleño. Auguran que, de nuevo, cuadraremos nuestras cuentas en el Norte con una vuelta el extractivismo colonial en África.
CONCLUSIONES
Ni todo es bueno en el hidrógeno verde, como gobiernos, multinacionales y medios de comunicación nos cuentan, ni todo es malo, siempre que se utilice en los márgenes de sus posibilidades reales y no ajustándolo a nuestras necesidades o demandas.
Su ineficiencia energética sólo se puede compensar utilizando para su producción “energía renovable sobrante” pero esto sólo se puede hacer de manera limitada, puntual y localizada; en ningún caso a la gran escala que se pretende. Cualquiera que viva en una zona donde existan molinos para la producción de electricidad o la recorra habitualmente se habrá sorprendido de días ventosos en que los molinos están parados, lo que explica el complejo sistema de producción y distribución de electricidad con distinta procedencia. Viviendo en La Mancha también es fácil suponer el superávit de energía que los paneles solares instalados producen en primavera y verano con muchas horas de sol cada día y una gran insolación durante esos meses.
El hidrógeno, como vector de energía, como “almacenador”, sí puede ser eficaz para almacenar esa energía que ahora mismo se prefiere no producir –molinos- o que no se puede aprovechar en el momento –placas solares- aunque, debido a los problemas para almacenarlo y a las pérdidas que su almacenaje y distribución conlleva, su utilización tendría que ser cercana y rápida, nada parecido, por lo tanto, a la superproducción y distribución mundial que se está vendiendo.
En la manera que he explicado, con producción local y aplicación casi inmediata, es como el hidrógeno verde puede tener sentido. La puesta en marcha en junio de 2023 de una planta de cerámica del grupo PAMESA utilizando para la electrólisis sus propios paneles solares es un ejemplo a considerar.
Otra aplicación para el hidrógeno verde, aunque no poco costosa como hemos visto, sería sustituir al hidrógeno gris, obtenido a partir de metano, con grandes emisiones de CO2.
Pero la obcecación de unos ignorando la realidad del hidrógeno verde y el interés particular de otros nos meten en caminos suficientemente trillados que no llevan a ninguna parte, en una situación mundial que deja pocas alternativas para seguir adelante y que necesita de decisiones valientes.
Mi agradecimiento a Sonia Rubio Hernando por su trabajo de revisión
Publicado en la revista Raíz y Rama, marzo 2024
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Hay religiones orientales que apuntan a un alma eterna en una sucesión de cuerpos que no lo son, en sucesivas reencarnaciones, que según te vayas portando, suben o bajan en la siguiente reencarnación.
Y por supuesto, abren la puerta a que sucesivas reencarnaciones bien llevadas, terminan dejando al alma ya sin necesidad de volver a buscar cuerpos en los que reencarnarse.
Otros más pegados a la tierra, ven la infinitud también de forma elegante y esperanzadora, como mi venerado y ya desaparecido Paco Puche, en forma de homo humus; esto es, si somos infinitos, es porque somos humus y volvemos a la tierra, a su seno a seguir dando vida con nuestros restos. En latín diríamos memento, homo, quia pulvis es, et en pulvis reverteris. Somos, si, polvo y volveremos al polvo, pero me gusta más pensar en que somos humus. El polvo puede ser materia inerte. El humus,
no.
Nunca he sido determinista; creo que eso es más una obsesión protestante, especialmente calvinista, que Max Weber retrató tan bien en su obra magna “La ética protestante y el espíritu del capitalismo” No me atrae la “ética del trabajo”. Ni la doble predestinación. Siempre he luchado contra los arrogantes que se sienten predestinados a lo mejor, que tienen derecho a ello, que se salvarán. Me ha resultado siempre cínico y prepotente que los que eligen esa vía terminen creyéndose que ellos son los que están predestinados a la salvación y no a la condenación.
Seguramente en eso influye haber nacido en entorno católico, hundido en raíces griegas y latinas, que prefieren disfrutar con Baco, disfrutar de la siesta, pasar de disfrutar los excesos a recuperarlos con ayunos o sacrificios. Me rebela creer que no trabajando como un burro para acumular dinero, se deja de glorificar a Dios por ello. Me siento más identificado cuando miro de frente a la miseria humana y en vez de despreciarla y considerar que la caridad está mal vista porque fomenta la mendicidad, entender que uno puede estar en ese mismo lugar en cualquier momento, como el Santo Job, comiendo las migajas de la mesa del rico Epulón.
Habiendo sido tanteado por el Opus, percibí que esos católicos llegaban tarde al concepto calvinista de santificación del trabajo. Soy más bíblico si creo que el trabajo es una maldición divina, que por el contrario, como cree el Opus y los calvinistas, es una bendición humana que nos salva. Eso solo sirve para acumular dinero. Y para destrozar a la Naturaleza. Primer mito. Nunca necesitamos trabajar, hasta que nos creímos ser como Dios y terminamos teniendo que ganarnos el pan con el sudor de nuestra frente.
Volviendo a la finitud de las cosas, medida en tiempos humanos, creo que caí del caballo camino al Damasco del crecimiento infinito, cuando en 1998 cayó en mis manos el ejemplar de Investigación y Ciencia titulado “The End of Cheap Oil”o “El fin del petróleo barato”, de Colin Campbell y Jean Laherrere.
Ya antes, en los años 50 del siglo pasado, M. King Hubbert se les había anticipado con sus curvas sigmoides, declarando algo que era tan evidente que no se hubiese necesitado ciencia, sino sentido común: utilizar, consumir o gastar un recurso limitado, termina agotándolo.
Todo lo que sube baja. Lo dice la gravedad, lo dice el sentido común. Lo dice la propia existencia de los seres vivos. Ni las secuoyas crecen hasta el infinito y por todo el infinito.
Lo sabíamos desde hace miles de años. Uno viaja a Las Médulas y ve cómo se descubre oro, se extrae oro, cada vez más; se llega a un punto máximo de extracción. Se empieza a extraer menos y uno se va con las ganancias a otra parte y allí queda el terreno triturado, visible para el que quiera ver, dos mil años después. Lo sabíamos, claro que lo sabíamos, pero lo olvidamos una y otra vez.
No hace falta estudiar mucho para saber que ese proceso sigue, más o menos, eso es lo menos importante, una curva en forma de campana, una suerte de curva gaussiana, que sigue un principio elemental: descubro, extraigo, me beneficio, extraigo más, llego al limite máximo de extracción, sigo intentando pero extraigo cada vez menos. Abandono y a por otro sitio. Algo así:
Esto sirve para elementos y materiales inertes finitos y sirve también, como todos sabemos sin haber estudiado una carrera, para la propia naturaleza y la biosfera; para la utilización de los bienes que se reponen a sí mismos o que la naturaleza se encarga de reponer.
Lo saben hasta los indios más alejados de la civilización, como los yanomamis, en la Amazonia. Llegan con sus limitadas tribus de decenas de individuos a un lugar de la generosa selva. Abren un calvero, empieza a tomar los recursos vivos de la zona: madera, plantas, alimentos, caza, etc. Si crecen mucho, terminan agotando el calvero y la zona circundante a la que tienen acceso en las excursiones a las distancias que les permiten sus propios pies o canoas. Y entonces, saben que ha llegado el momento de cambiar. Mientras la selva les sigue ofreciendo nuevos lugares.
Decimos entonces, los que nos creemos más listos, que es que la extracción de los recursos renovables ha superado la tasa de reposición que la Naturaleza es capaz de ofrecer.
Con la materia inerte, como sucede con los minerales o con los yacimientos fósiles, cuando empiezas a extraer por primera vez algún bien limitado y finito, si ves que un yacimiento se agota, te vas a otro y santas Pascuas. Sobre todo, cuando hay todavía muchos “otros” a los que recurrir.
Hoy me pregunto cómo es que pudo llamarme la atención, aquel artículo de los apreciados Colin Campbell y Jean Laherrere, sobre algo que era tan evidente.
Pues seguramente porque estaba ganado para la causa productivista y crecentista y no quería ver los límites, aunque los había estudiado muy bien en la carrera.
Durante mi infancia y juventud y primeras etapas de joven ingeniero, todo era progreso y crecimiento.
El hombre había llegado a la luna y de ahí se proyectaría a las estrella. En mi infancia era Diego Valor el piloto del futuro. Mis hijo crecieron con la guerra de las galaxias. ¿Por qué debería haber un límite al ingenio humano (el human ingenuity sajón)?
Pues debió llamarme la atención aquel artículo de Campbell y Laherrere por que era la primera vez que noté que algo se iba acabando o iba a menos en todo el mundo. Hasta entonces, todo el mundo y hasta el despistado que soy yo incluido podían haber sabido que algún yacimiento como el de las Médulas o de cualquier otro material o bien finito, se podía haber agotado, pero seguía habiendo oro en otros muhcos lugares y allá íbamos a seguir la carrera extractiva. Uno podía ver cómo un país petrolífero como Albania, había dejado prácticamente de extraer por agotamiento, pero nada, no pasaba nada, porque había muchos otros sitios donde seguir extrayendo el recurso.
Se podía saber sin preocuparse, que países como Egipto, Siria, la India, Argentina o incluso algún país gran productor y exportador de petróleo como Indonesia, miembro importante de la OPEP, terminaba acabando sus días de gloria extractiva e iba cayendo en su producción, hasta terminar en el oneroso y algo vergonzoso silencio de tener que importar petróleo.
Incluso en lugares donde había portentosos yacimientos en varios lugares de un solo país, se podía ver que las cosas finitas se terminan agotando, como por ejemplo, en el Mar del Norte Noruega, donde cuando un yacimiento se iba agotando, sus hábiles ingenieros ya habían planificado más plataformas marinas para extraer de otro campo próximo.
lo que, sin embargo, no podía evitar que ese avanzado país terminase cayendo en su capacidad extractiva, incluso sumando todos los yacimientos del Mar del Norte asignados que era capaz de encontrar. La suma de las curvas de extracción de cada yacimi9ento, cuando se superponían, no podían evitar, ver la onerosa caída de la producción Noruega, incluso salvando y admitiendo algún ascenso en medio del declive o repunte puntual de esfuerzo inesperado.
Incluso el propio Reino Unido, que desde que la adorada Tatcher (para los conservadores) pudo esquivar la dependencia del petróleo de Oriente Medio a raíz de las crisis de los setenta, al descubrir los yacimientos del Mar del Norte consiguió que su país diese palmas con las orejas de contento y se colocase como exportador de petróleo durante unos años.
Vana esperanza como se ve en su perfil extractivo de los diferentes yacimientos del Mar del Norte.
Reino Unido ha agachado quedamente las orejas con las que estuvo dando palmas durante unos años y se ha vuelto a convertir en país importador de petróleo.
Así que lo que nos llamaba la atención a algunos tipos raros de The Association for the Study of Peak Oil (al que luego se añadió la investigación sobre el gas) o ASPO, no era tanto el obvio, gradual e inevitable agotamiento de un yacimiento particular o de una suma de yacimientos o de un solo país, sino empezar a maginar qué sucedería cuando la suma de países alcanzase al mundo Eso fue lo que nos mostraron el 1998 Colin Campbell y Jean Laherrere en 1998. Y además, tuvieron la osadía que les costó insultos, improperios y descalificaciones de todo tipo, el proyectar, en base a sus profundos conocimientos de geología y de observación de muchos años en campos de petróleo y gas, qué sería del mundo y cuando se llegarían según sus cuentas, al máximo de extracción del que llamaban “petróleo convencional”; esto es, el de fácil adquisición.
Y llegaron a la conclusión en 1998, de que el máximo de extracción de ese tipo de crudo sería, más o menos, hacia el 2010.
MEA CULPA, en nombre de Colin, ya fallecido. El nonagenario Jean Laherrere sigue haciendo curvas de proyecciones de recursos y creo que no está por la labor de pedir disculpas, por haber constatado que un recurso finito se empieza a extraer, llega a una cima o cenit y luego cae. Tiene una colección de curvas que denomina de Linearización de Hubbert que dan pavor. Y sigue publicando en ASPO Francia.
El cenit del petroleo convencional no fue en 2010 sino unos años más arriba o abajo. Pero fallar en un año o dos dar una fecha no se perdona (o incluso cinco, diez o quince años, seamos sinceros ¡qué mas da! Si queremos hacer ver el concepto de finitud). MEA GRANDISSIMA CULPA. Todavía hay sesudos personajes analizando y sin ponerse totalmente de acuerdo, sobre cuando fue el cenit del petróleo convencional, que cifran entre el 2005 y el 2010. Luego cuando fue el cenit (o si todavía no ha sido) de todos los líquidos combustibles, que es como sumar biocombustibles y demás artificios contables que decía Mario Conde antes de ser condenado, como las llamadas “ganancias en refinerías” y discutiendo si el petróleo polar el petróleo de aguas profundas y ultraprofundas o el petróleo de arenas bituminosas de Canadá o de la Franja del Orinoco de Venezuela, alargarán la agonía unos años más o no
Anteriormente, ya digo, M. King Hubbert, había hecho con muchos menos medios y menos conocimientos de las realidades extractivas del mundo entero, pero con bastantes conocimientos de
cómo operaban los pozos y yacimientos en su propio país, que Estados Unidos llegaría al máximo extractivo en 1970 y el mundo llegaría al máximo extractivo hacia el año 2000. SEA ANATEMA.
No importa que Hubbert clavara su previsión del pico máximo de producción de petróleo en EE.UU. con una precisión de ± 1 año. Pero amigo, lo estaban esperando a la vuelta del año 2000 para incinerarlo en efigie, como hacía la Inquisición cuando no atrapaba al reo. Porque el pico máximo de la producción mundial de petróleo no llegó en el 2000. MEA CULPA.
Disculpen en craso error. Un director del Centro de Investigaciones Sociológicas puede errar en la previsión de los resultados electorales, a pesar de las poderosas herramientas a su disposición en un 15% para algunos partidos. Lo puede hacer varias veces y recibirá alguna crítica, pero seguirá en el cargo.
Un economista convencional o un serio periódico financiero de gran difusión, puede sugerir una inflación en un país o en la Unión Europea y luego corregir el tiro dos puntos arriba o abajo en apenas 7dos meses y no pasa nada. Son gajes perdonables del oficio. Pero amigo, que un geólogo de prestigio, explicando que un recurso es finito se atreva a decir cuando cree que empezará a bajar su extracción a cinco, diez o cuarenta años vista y luego se equivoque en un +/-5% es imperdonable A la hoguera con el, por hablar de límites, cercenar nuestros sueños de volar como Peter Pan hasta el infinito y más allá Y para desmentir, estas cosas y ridiculizar a los que se atreven a decir que los recursos finitos tienen un fin y que está a la vuelta de la esquina en términos históricos, tenemos el ejemplo de hasta dónde llega la tenacidad, que a veces se convierte en contumacia, con el caso de Estados Unidos, que se utilizó profusamente para tirar abajo la lógica abrumadora que habían expuesto Colin y Jean.
Aunque los autores de The End of Cheap Oil ya habían incluido las posibilidades de explorar petróleos no convencionales (los de más difícil extracción y peor rendimiento neto), como el petróleo de aguas profundas, esto es los yacimientos que se encontraban bajo el mar a profundidades superiores a 500 m. de lámina de agua, como en yacimientos de Brasil y el petróleo polar, esto es el que se pudiese encontrar más allá de los círculos polares ártico y antártico, no había previsto que un tercer as en la manga o un tercer conejo en la maravillosa chistera tecnológica podría surgir. Y allá fueron a por todas. Al llamado petróleo de esquistos o petróleo (y gas) que se extrae exprimiendo de forma brutal una roca muy compacta, que exige inyectar presión, inyectar líquidos corrosivos y fracturadores de la roca y extraer y depurar lo extraído. Light Tight Oil, lo llaman en inglés. Petróleo ligero de roca compacta o para el gran público el petróleo de “fracking”.
Aleluya. Mueran los agoreros. Viva el “human ingenuity”, tenemos petróleo para rato. Perdonen el atrevimiento. MEA CULPA una vez más.
8No importa si ese petróleo pintado de rojo, contamina los acuíferos subterráneos de gran parte de aquel hermoso país, como dejó entrever la película de Matt Damon “Tierra prometida”
No importa si ese petróleo no produce diesel o fuel oil, que sigue necesitando la maquinaria pesada del mundo, sino solamente unas gasolinas para seguir con el mundo de los coches privados. Lo importante es que los de ASPO estaban equivocados y hay petróleo para rato.
Ya se preparan Argentina con su Vaca Muerta, para copiar a EE.UU. con el petróleo y gas de fracking.
Son países que nos demuestran que son capaces de “resucitar” sus producciones petrolíferas y gasísticas. Podemos volver a creer en la vida perdurable, en el infinito y más allá.
Después vendrá México, que hoy agoniza en su curva de producción petrolífera. Y vendrá China a tratar de emular la hazaña estadounidense del “fracking”. Y otros. Y podremos revertir las inexorables caídas de lo que creímos erróneamente que era finito y no lo era. MEA CULPA A quien se le ocurre dar fechas de que algo finito se agota si se extrae cada vez más. Solo a unos
estúpidos. Porque si te equivocasen un año, te crucifican Y si aciertas, te maldicen por cabrón espiritista y brujo adivinador. Porque les está jodiendo la fiesta al decir como Richard Heniberg que “The Party’s Over” o que la fiesta se acabó Y da lo mismo que digas esto para el petróleo, para el gas, para el carbón, el uranio, el litio, el cobalto, el cobre, la plata el plomo, el mercurio, el aceite de ballena (ese era orgánico o biológico y llegamos a estar a puno de agotarlo) y decenas de minerales o productos más.
También lo explicó Richard Heinberg en su “Peak Everything”. Todo llega, nos dice como Machado, aunque lo nuestro sea pasar, pero eso no se puede decir, Richard.
9MEA GRANDISSIMA CULPA. LO QUE NO VIMOS VENIR. LO QUE NO ES GEOLOGÍA Pero dónde debo pedir disculpas, no es tanto por haberme creído unas fechas e incluso haberme atrevido a otear alguna. Fui y creo que soy todavía miembro del Consejo de una revista, voluntariosa pero marginal, que en su título lleva una fecha de predicción, por muy sarcástica que sea.
La revista se llama 15/15\15. Se fundó en el año 2015 de manos de Manuel Casal, queriendo hacer ver a los lectores que desde esa fecha de 2015, quedaban 15 años para que nos viésemos en el mundo con el 1% del petróleo disponible que teníamos en el 2015.
Aunque la revista no hace pupa mediática y es para un círculo restringido, ya debe haber gente esperando con las garrotas para atizarnos en el 2030, si no estamos ya sufriendo disponer de solo el 15% del petróleo que teníamos en 2015.
En un artículo de esa revista, me atreví en dos entregas a dar otra fecha de problemas. Siempre buscando problemas. Nunca soluciones. Sería perfecto como bolsa de boxeo o “punching ball” para el gran filósofo de Van Gaal: tu siempre negatifo, nunca positifo.
La previsión la hice en octubre de 2018 y ya va para seis años.
Con datos proporcionados por Jean Laherrere, que como ya sabemos es un ser falible analice en dos capítulos el momento en que preveía que los grandes poderes con capacidad nuclear, llegarían a enfrentarse unos a otros para procurarse el petróleo que entendía les iba a faltar para poder seguir manteniendo sus capacidades energéticas habituales para satisfacer sus necesidades materiales y sociales.
Los capítulos se titularon:
Propuesta de ejercicio práctico para escépticos del Peak Oil
y Ejercicio práctico para escépticos del Peak Oil: 2ª parte (propuesta de solución)
y llegaba a observar que el petróleo que quedaría exportable en el mundo, que calculaba sería algo menos de 40 millones de barriles diarios, no sería suficiente para satisfacer la demanda de los países que tenían que importar petróleo (aunque algunos lo produjesen como Estados Unidos) y que tenían armamento nuclear. Es decir, preveía, incluso ignorando (MEA CULPA) al resto del planeta, los países que tenían poder armamentístico nuclear quizá tuviesen que luchar entre ellos por mantener su cuota de petróleo.
La fecha de ese conflicto entre potencias nucleares por recursos fósiles esenciales andaría por el 2024.
10Me quedan pocos meses para ser crucificado por mis imperdonables errores en las predicciones, aunque afortunadamente, nadie se acordará de aquella predicción con datos que están aportados en hojas Excel, seré ignorado y podré vivir mi ancianidad en un apacible retiro.
Por supuesto, hice un modelo de crecimiento del consumo de los países del mundo que seguramente no se ha dado desde entonces. La pandemia de la COVID y la guerra de Ucrania, además de crisis económicas y demás, han podido ralentizar ese consumo y por tanto prolongar la llegada al punto de conflicto un poquito más.
El problema que debemos admitir los que nos hemos centrado exclusivamente en el comportamiento geológico de los yacimientos de recursos, es que no hemos considerado la variable más difícil de introducir y valorar, que es la reacción humana, política, social y militar a un descenso irreversible de los recursos de los que hasta un momento determinado se disponían.
En mi pueblo dicen que “pa’ las cuestas arriba te quiero burro, que las cuestas abajo, yo me las subo” El mundo del cuerno de la abundancia, el de la cornucopia, funciona justo al revés. Mientras sube el consumo es todo alegría en la casa del Señor. Lo que uno no sabe nunca qué pasará es cuando venga la cuesta abajo del consumo.
Así que MEA CULPA por no ser capaz de pronosticar ni de explorar el futuro desde el prisma humano, político, social y militar a la cuesta abajo del consumo, de la menor disponibilidad de bienes. MEA CULPA, por haber visto solo la curva en forma de campana, esa curva gaussiana o sigmoide según se proyecte y haber creído que seguiría cayendo en forma más o menos simétrica a la subida (salvo la aceleración del efecto Séneca de la bajada), hasta llegar al fondo. Cuando la realidad es que a los primeros síntomas de la bajada o reducción en la disponibilidad de bienes y recursos, los seres vivos se abalanzan o tienden a abalanzarse unos sobre otros por la posesión escasa de los mismos. Eso es lo que no había visto hasta hace no mucho.
Hemos sido testigos, a lo largo de la historia de los procesos de acaparamiento (el “hoarding” de los ingleses), en cuanto lago empieza a escasear. Hemos visto como la gente se abalanza a apilar cantidades irracionales de papel de váter, al menor síntoma de crisis. E inocente de mi, siendo miembro de ASPO, quedé hipnotizado por la forma de campana de la curva, sin atender o meditar lo más mínimo cómo sería el primer momento de la caída, cuando ya se intuya, sin lugar a dudas, que es irreversible y no tiene vuelta atrás. Sin entender que esas curvas simétricas, cumplen con la curva de subida pero luego suelen ser atravesadas por zafarranchos de combate de la intervención humana, que impiden que la caída siga la curva de caída hasta cero de la fórmula clásica de una curva gaussiana.
Antes muertos que sencillos. No vimos venir eso. MEA CULPA, MEA CULPA, MEA GRANDISSIMA CULPA
Sin embargo, creo que otros sí lo vieron. Decía Colin Campbell que le visitaron en su aldea natal irlandesa unos sujetos oscuros que iban enviados por Donald Rumselfd para que fuese a contar su visión a Estados Unidos y se presentaron como el doctor Gadget, con gabardina incluida en la puerta de su casa. Los envío a la mierda y ahora que está fallecido lo puedo contar, porque iban exigiendo su viaje urgente a reportar, no de forma amable.
Daniel Gómez y yo en el 2008, cuando organizamos la VII Conferencia Internacional de ASPO en Barcelona, con grandes ayudas de muchos colegas que no cito para no extenderme, vimos con
sorpresa que se registraban tres tipos de la Central Intelligence Agency (CIA), pero identificándose ellos mismos como miembros de la CIA. Sorpresas te da la vida. Espero que sacaran algo de provecho, aunque seguramente podrían ellos habernos contados más cosas que las que contaron los expertos de ASPO en sus intervenciones, sobre lo que significa llegar arriba en el consumo y tener que empezar a caer.
La gente de PEMEX de México aparecía y desaparecía de las reuniones de ASPO, como fantasmas. Debían estar interesados en lo que se decía de su propio declive extractivo, pero nunca quisieron formar parte de esta inocente organización que no les obligaba a nada, como si les diese vergüenza aparecer listados en gente que hablaba de límites a la extracción de petróleo. Llegaron a nombrar una persona para ASPO México, pero creo que fue para evitar que ASPO nombrase a otro que pudiese informar de los datos extractivos/productivos de PEMEX
Sabían y saben muchas cosas. Tuvimos papeles desclasificados de los años setenta de la CIA y ya conocían el problema de los límites y los agotamientos graduales que se darían en pocas décadas en la producción mundial de petróleo. Nunca lo hicieron público, Claro que su misión no tiene por qué ser pública.
En el 2013 Chile me invitaron a dar una charla en la Universidad Católica en una fundación que tenían con la Compañía de Petróleos de Chile, COPEC. Asistieron unas 300 personas. Aparte del rector de la Universidad, había dos ministros, uno de ellos el de Energía con un anterior ministro de energía ya en otras funciones. Lo que me sorprendió fue ver a altos oficiales de la Armada Chilena.
Hay mucha gente en puestos de responsabilidad de la dirección del país y en entidades militares o de inteligencia que saben que hay límites y que los recursos finitos se agotan en un mundo finito. Incluso seguro que saben los ritmos aproximados de agotamiento, en función de cómo se utilicen esos recursos. Vaya si lo saben. Otra cosa es que vaya a opinar públicamente de ello. En esos años de las Conferencias internacionales de ASPO, entre el 2003 y el 2010, tuvimos acceso a informes oficiales del gobierno alemán, que dejaban meridianamente claro que sabían lo que se les venía encima. Los británicos lo mismo. El ministro ruso de energía reconoció hace varios años que su país estaría sobre el cenit de su producción nacional de petróleo.
Todos los grandes estaban en el ajo. Pero seguimos comportándonos como si no pasase nada.
Esperando a Godot. Esperando que la tecnología nos resolviese otra ve más el problema. Había que seguir creciendo. Es el imperativo. Creced y multiplicaos.
Para una sociedad que lleva la marca del crecimiento infinito en la frente, desde al menos que se descubrieron los combustibles fósiles y su consumo haya ido in crescendo desde 1850, es normal que prefieran no hablar de que la fiesta ha llegado o va a llegar a su fin. Siempre es muy desagradable decirle a los amigos borrachines que se vayan yendo de casa a dormir la mona de la borrachera a sus propias casas.
Una vez más, MEA CULPA.
Llevamos dos años en que el genocida Putin, seguramente uno de los dictadores con mucho más sentido común que sus contrapartes, los genocidas occidentales, revestidos de demócratas, lleva dos años amenazando con que si Rusia se ve en peligro existencial, usará su armamento atómico.
Llevamos más de 30 años avanzando con la OTAN sobre Rusia en forma de añadidos a la OTAN de todos los países que había cerca de Rusia, desde que en febrero de 1990, prometieran a Gorbachov “not one inch eastward” (que la OTAN no se movería una pulgada hacia el Este desde donde estaban, ante la tesitura de disolver la antigua URSS). El último país fue Ucrania, que no llegó a consumar su unión en la OTAN por la invasión rusa, para obviamente privar de la cercanía estratégica de un país que había sido, no del Pacto de Varsovia, sino de la URSS y cercar a Rusia, el país que más recursos energéticos tiene en todo el continente y en casi todo el mundo.
El triángulo de la riqueza petrolífera y gasística mundial en el Golfo Pérsico está ardiendo por los cuatro costados. Los mandamases como Dick Cheney,Secretario de Defensa y Vicepresidente de EE.UU. con Bush, decía en 1999 en el London Institute of Petroleum, que Oriente Medio, con dos tercios del petróleo mundial y con el coste más bajo de extracción, es donde está el premio gordo.
Hoy tienen a Israel debilitado, teniendo que recurrir al genocidiode sus hermanos semitas palestinos. Los EE.UU. no saben como meter mano a Irán,ya es demasiado tarde. Irak se les va también de las manos. Arabia Saudita acaba de sugerir que no renovará el acuerdo estratégico para vender petróleo solo denominado en dólares y coquetea con los BRICS para unirse a ellos. E incluso están siendo incapaces de frenar los golpes de unos desarrapados yemeníes en el Mar Rojo y el estrecho de Bab El Mandeb.
Putin y Xi, esos autoritarios dictadores para el pulcro Occidente, tienen razón: se está acabando el mundo unipolar cuya gestión única correspondía al imperio. Y piden a EE.UU. y a la UE y a la OTAN que lo acepten. Y eso es, por el momento, inaceptable, claro está Libia ya está en la Edad de Piedra. Venezuela casi también. Ambas agotadas geológicamente y acosadas económica, financiera y militarmente. Las sanciones a que se ven forzados los occidentales a los que cuestionan esa disciplina del mundo unipolar con piloto único estadounidenses, tienen que ser cada vez más intensas y cada vez resultan más inútiles. En ocasiones, cada vez con más frecuencia, suponen un tiro en el pie, sobre todo para los seguidistas europeos de los dictados de EE.UU., que se están desindustrializando a toda costa.
El área del dólar, ese pegamento del mundo unipolar, empieza a disolverse como azucarillo. Las amenazas de utilizar los fondos soberanos de Rusia, depositados en las cuevas de Ali Baba de Occidente, que hasta ahora era garante seguro del pago, para pagar las armas a Occidente y principalmente a EE.UU. para que Ucrania pueda seguir resistiendo y desgastando a Rusia, pueden terminar de acabar con la confianza en depositar ni un penique en Occidente. Hablan de meter mano a unos 50.000 millones de los aproximadamente 300.000 millones de dólares rusos depositados en Occidente. Rusia asegura que si le tocan ese dinero, responderá, seguramente tomando activos occidentales en Rusia. Esta semana ha decidido parar todas las transacciones de la Bolsa de Moscú en dólares y en euros India acaba de repatriar de Reino Unido 100 toneladas de oro. China está soltando bonos del Tesoro Estadounidense y adquiriendo oro a toda velocidad. En Asia, China mantiene un pulso durísimo con EEUU por Taiwan, que Naciones Unidas dice que es parte de China y EE.UU. dice que es otro país, que tiene que armar. Hay almirantes estadounidenses estúpidos hablando de crear un infierno de drones intransitables en el Mar de China.
Rusia está repitiendo, cada vez con más frecuencia, ejercicios nucleares tácticos e incluso trasportando a Bielorrusia esas amenazantes armas. Por su parte, la OTAN está en una guerra abierta no declarada con Rusia y también amenazando con maniobras en sus puertas. Alemania dice que hay que prepararse para la guerra para 2029 como muy tarde. Arrancan las propuestas de militarización de la oronda y opulenta juventud europea, de milicias de conscriptos.
En África, Francia está saliendo de forma muy vergonzosa de sus antiguos dominios africanos coloniales, donde llevaba siglos ejerciendo un expolio sin cuento, por ejemplo, con el uranio de Níger. Sale de Mali, junto con el ejército español, que hacía de mayordomo del francés y salen ambos con nocturnidad. Abandonan Burkina Faso y pronto Senegal. Se les va a de las manos. Adiós, África, adiós.
A franceses y también estadounidenses. Entran rusos y llegan hasta a ocupar la misma base en la que están norteamericanos en Níger. Entra China haciendo ferrocarriles de punta a punta y por supuesto, en busca de los recursos que queden y en condiciones de resistencia inigualables con respecto a la reblandecida Europa. Un geólogo español no va a Argelia a trabajar aunque le paguen 70.000 euros anuales y unas condiciones laborales excelentes, pero hay miles de geólogos chinos dispuestos a aguantar en condiciones muy pobres, durante años por salarios de 1.500 euros al mes.
Día a día dando pasos hacia el abismo, de forma acelerada. Pero todos los medios occidentales ignoran que haya alguna relación con la escasez de recursos o haber llegado a los límites. Nadie identifica que estamos llegando a un punto de la lucha por los recursos (Resource Wars, si Michael T. Klare sí lo veía), que nos aboca al enfrentamiento. Estamos como los primates de la película de Kubrick con guión de Arthur G. Clarke, alrededor de un charco que se seca y es nuestro sustento de vida. Y no hay agua para todos. Garrotazo y tente tieso. El que descubre el usar el primer arma, que es un hueso grandes y le da en la cabeza a los demás. Se queda con el charco. Pero no lo vemos. Esto ya no tiene que ver con la geología (¿o precisamente si?) del petróleo y del gas.
No tiene que ver con que estemos quizá llegando seriamente al límite máximo y no vaya a poder seguir creciendo la economía mundial. MEA CULPA Seguimos pensando que hay recursos infinitos o que hay alternativas.
Y antes de reconocer que no se puede crecer de forma infinita en un mundo finito, hay que quemar en la hoguera a todos los agoreros. Hay más soluciones. Cuando ya no se puede seguir aumentando el consumo de combustibles fósiles, se pueden elegir alternativas que sigan permitiendo soñar. Una es decir que las energías llamadas renovables van a sustituir a las fósiles en tiempo y forma. Una suerte del eslogan “seamos realistas, pidamos lo imposible” de Herbert Marcuse en el 68, pero vuelto del revés como un calcetín. Seamos irrazonables. Pidamos que las renovables nos resuelvan el problema. ¿Como vamos a decir a los niños en los libros escolares que el progreso tiene límites?
¿Como decirles que sus papás y sus abuelos se les comieron la mayor parte del quesito y que a ellos les tocará vivir como sus tatarabuelos si se portan bien y hacen un gran esfuerzo? Lo lógico es que en los libros de la EBAU o ahora la BAU se dibujen campos eólicos verdes y soles generando electricidad limpia en módulos fotovoltaicos.
No importa que no haya ni un megavatio que se haya producido ni un gigavatio*hora que se haya generado que no haya sido con el concurso de energías fósiles.
No importa que en los más de 100 años de energía eólica generando electricidad y más de 70 años de conocer el efecto fotovoltaico, ambas formas de generar energía sigan siendo solo eléctricas y representen menos del 16% del consumo total mundial de energía primaria, del que el 8% es energía hidroeléctrica, que ya alcanza niveles preocupantes de ocupación de valles fértiles y no puede crecer apenas nada más.
No importa que el problema sea el modelo, que cuando el Protocolo de Kioto obligó a las naciones a reducir las emisiones de efecto invernadero, estuviésemos consumiendo 257 Exajulios (EJ) de energía 15y en 2022, estuviésemos consumiendo 494 EJ, un 92% más, todavía con más de un 80% de energía fósil. Y que nadie se pregunte qué aportaron las llamadas renovables desde entonces. Pues aportaron el pasar de 24 EJ en 1997 a 110 EJ en 2022 . Y que nadie se pregunte como van a evitar que se siga creciendo en consumo, si es que no hay límites a combustibles que son finitos.
Sin embargo, asistimos con el mismo fervor con que los franquistas asistían a la inauguración de cada pantano y sacamos en nuestro NO-DO del ecologismo fervoroso, cada inauguración de una planta fotovoltaica o un parque eólico, hablando en primer lugar de las emisiones que va a reducir en toneladas de CO2.
Hay otra forma de ocultar que las fósiles empiezan a chocar con los límites máximos de sus respectivas extracciones globales. Sin reconocer que los tienen, se ha acelerado la idea de que hay que reducir el consumo de las mismas, pero no porque estén llegando al limite, que va. Hay que reducirlas porque son las causantes del cambio climático.
Así, cualquier reducción en el consumo de las mismas, se puede apuntar no como una constatación de que hemos llegado al fin de fiesta, no. Se reducen porque estamos ganando la batalla a las emisiones de gases de efectos invernadero, mediante la famosa transición energética que protagonizan las energías renovables. No importa si los datos fríos nos dicen que seguimos emitiendo más gases que nunca incluso con el consumo de fósiles estancados y a pesar de que se estén instalando más energías que nunca de las llamadas renovables. Es que ese mensaje vende muy bien. Y aceptar de plano que la fiesta de las renovables está llegando a su fin, es siempre muy desagradable.
No saben ustedes bien lo que rezo para volver a equivocarme.
Pedro Prieto. 17 de junio de 2024
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