En 2025, el mercado automovilístico español sigue sin recuperar el esplendor de principios de siglo. Aunque la economía ha mostrado signos de recuperación, los datos demuestran que seguimos lejos del pico histórico de ventas alcanzado en 2005, y ni siquiera hemos superado el umbral de 2019, año previo a la pandemia.
Según los datos de matriculaciones de coches nuevos en España, el año 2005 marcó el punto más alto, con más de 1,6 millones de unidades vendidas. A partir de ese momento, las ventas empezaron a caer ligeramente hasta el crack de 2008, que supuso un desplome brutal. Entre 2008 y 2012, las ventas descendieron de forma drástica, coincidiendo con la crisis financiera y el rescate bancario en España. Desde 2012 se produjo una lenta recuperación, pero sin alcanzar nunca los niveles anteriores.
En 2018 tuvimos un «pico decreciente»: un repunte que nunca superó al de 2005. Luego llegó el 2020 y con él la pandemia, que hundió el mercado automovilístico. Aunque en 2024 se superó el millón de unidades vendidas, seguimos por debajo del nivel de 2019 (1,25 millones), y mucho más lejos aún de 2005.

Este patrón no es exclusivo de España. La mayoría de países europeos experimentaron sus propios peaks entre 2017 y 2019. En el caso de China, el mercado siguió creciendo unos años más, pero tras la pandemia incluso el gigante asiático ha mostrado signos de saturación. Todo indica que el «Peak Car» global se alcanzó en torno a 2018.
Cabe destacar que estos picos no implican directamente una disminución inmediata de coches en circulación. La flota total sigue creciendo ligeramente por la acumulación de vehículos y el auge del mercado de segunda mano. Sin embargo, si el número de bajas supera al de altas, podríamos ver pronto una reducción neta de coches circulando, sobre todo si entran en juego factores como la escasez de recursos (como el petróleo) o nuevas regulaciones ambientales.
Otro aspecto clave es el cambio en la composición del mercado: los coches nuevos son más caros, más electrificados, más grandes (SUVs) y más sofisticados. Aunque las ventas bajan, los ingresos de los fabricantes se mantienen o incluso suben temporalmente, lo que podría dar la falsa impresión de crecimiento. Pero se trata más bien de una transición hacia un modelo insostenible para las mayorías.
La realidad es que la industria automovilística está en una fase de transformación estructural. Las predicciones que aseguraban un crecimiento continuo hasta 2025 no se han cumplido. Al contrario: entre 2017 y 2020 hemos visto el punto de inflexión, y aunque la recuperación de 2023 y 2024 es positiva, no marca una nueva era de crecimiento sino un rebote cíclico.
En conclusión, 2025 no es el año del nuevo éxito del coche en España, sino el año en el que confirmamos que el «Peak Car» ya pasó. Es momento de pensar no solo en cómo adaptarse a un mercado menguante, sino también en qué alternativas sostenibles ofrecemos a la movilidad del futuro.
Un saludo colapsistas.com


