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RC 3.23. ¿UNA PÁGINA DE UN LIBRO O UNA PÁGINA WEB EN INTERNET?

Ya casi nadie lee libros de papel. Los vertederos de papel se llenan de libros que nadie quiere ya en casa y que ocupan un espacio que podría usarse en otras cosas.
Esa estantería llena de revistas del National Geographic, esa enciclopedia que costó un potosí, o los libros de nuestra infancia y que nuestros hijos ya no necesitan, porque están todo el día enganchados a los móviles.
En Japón, sobre todo en las grandes ciudades, donde el espacio es escaso y caro, los lectores tiran a la basura sus libros y los sustituyen por copias digitales en sus flamantes Kindles de Amazon o en sus iPads.
Ya casi todos los libros son de bolsillo, bestsellers mediocres, ediciones baratas, tapas blandas…, una visita a cualquier librería así lo corrobora. No están pensadas para enriquecer el salón con un Don Quijote de la Mancha con un bonito lomo en la estantería, ni para durar, sino más bien son ediciones para ser consumidas y tiradas, como el resto de productos de nuestra sociedad.
Por cierto, yo creo que ya hay más escritores que lectores de libros.

El tema de hoy va de que te quedes con una idea básica, una página de un libro respecto a una página web, que es lo que la gente lee ahora… páginas web.
Para ello, vamos a empezar explicando lo que hace falta para poder leer una página impresa donde haya algo que consideres interesante y que quieras consultar de vez en cuando, durante los próximos 50 años.
Por ejemplo, una página cualquiera de El mundo y sus demonios, de Carl Sagan.
Para poder tener esa página a mano, puedes disponer del libro en casa, en una biblioteca, o en internet, ya sea pagando por el libro electrónico o en una web donde esté esa página alojada. Nos vamos a centrar en una web que tenga esa página alojada y que tú la tengas en marcadores, para cuando quieras consultarla.
EL LIBRO
Para que yo pueda tener el libro en casa han intervenido muchos factores, el autor, la editorial, la imprenta, la librería… Para simplificar pues, hay cosas que tendrán en común con la web, como son el autor, o la editorial, nos vamos a quedar con LA IMPRENTA Y LA LIBRERÍA.
Para poder tener el papel impreso en casa, vamos a hacer un repaso de todo lo que hemos necesitado, al estilo ¿Cuántas personas hacen falta para enroscar una bombilla?
Necesitamos unos árboles, unas personas que corten esos árboles, unas herramientas para hacerlo, una maquinaria para deshacer la madera, unas empresas papeleras, unas imprentas, que necesitan unas máquinas relativamente sencillas (al menos hasta que se informatizan), donde se hacen unas placas de hierro sobre las que se pone el negativo de la página que queremos imprimir, unas tintas que requieren de industrias químicas, y para acabar unos camiones que transporten mi página impresa a la librería, con su personal, que al final me venda a mí, mi libro.
Desde ese momento, podemos parar todas las imprentas, camiones, industrias químicas, podemos cerrar la librería, y que se rompa la imprenta, que en los próximos 50 años, yo tendré mi ejemplar listo para ser leído en cualquier momento y en cualquier lugar. Parece complicado ¿no? No es un proceso sencillo, tal vez es más sencilla la página web ¿o…? Existe también la posibilidad de, incluso, que yo mismo haga una copia de esa hoja con un lápiz y una hoja de papel, ambas tecnologías más sencillas que la imprenta.

LA WEB
Pues bien, ahora veamos el mismo ejemplo, pero esta vez en formato de página web para internet.
Empezamos desde el final hasta el principio, creo que será lo mejor para entender la complejidad del asunto. Primero, necesitamos un ordenador o un teléfono móvil, sería un poco como el papel del ejemplo anterior, donde cortamos árboles y los trituramos para tener el lienzo. Pues bien, nuestro lienzo es ahora la pantalla del móvil.
PASO 1
Para poder tener este lienzo necesitamos decenas de miles de ingenieros, universidades, empresas que fabriquen cada una de las piezas que componen este móvil. Estas fábricas se encuentran, a diferencia de la imprenta que hay debajo de casa, en Asia y Estados Unidos, donde unas muy, muy pocas fábricas fabrican las más de 10.000 micropiezas que forman parte del teléfono, para hacerlo hace falta maquinaria terriblemente complicada.
Cada pieza de esta maquinaria se fabrica en diferentes sitios del planeta, tienes una pieza de China, otra de Japón, otra de Estados Unidos, y así una a una. Son miles de piezas las que conforman tu móvil o las de las máquinas que las fabrican.
Algunas son tan complicadas, que muy pocas empresas saben hacerlas. Pero una imprenta se puede fabricar íntegramente en una comunidad pequeña, en cualquier parte del mundo, teniendo las herramientas adecuadas para el manejo del metal, tecnología de hace 500 años.
Luego, los materiales para fabricar este lienzo no se encuentran fácilmente en cualquier mina cercana, ni son metales abundantes. De hecho se obtienen en sitios muy, muy concretos del planeta, como son China, El Congo, o Bolivia.
Y destruimos esos países para obtener sus escasos materiales.
Estos materiales se llevan a las fundiciones, donde se purifican a niveles atómicos, pues la pureza es super importante, nada de un poco de metal fundido en un crisol, como el de la imprenta.
Para entender más la fragilidad de internet y los ordenadores, recomiendo leer mis artículos El fin de la Memoria 1 y 2. Y mi libro PEAK MEMORY PEAK COMPUTING.

Pues bien, ya tenemos el lienzo donde ver esa web, solo hemos necesitado medio planeta para tenerlo, ahora vamos a leerlo… ¡espera!, es que el móvil, para poder leer algo, necesita electricidad. A diferencia de el libro, que lo puedes leer por el día o con una vela, un móvil requiere de la red eléctrica, o de paneles solares, y de petróleo o gas, o presas y saltos de agua… bueno, pues ya tenemos todo esto y ya podemos ponernos a leer la web… ¿no…? ji, ji, que va, pues no nos queda…
El siguiente paso en nuestra aventura tecnológica para poder leer una web, una vez tenemos un móvil y lo tenemos cargado, es la red de telefonía a la que se conecta el móvil.
La red de telefonía son muchísimas torres repartidas por toda España, decenas de miles, sino cientos de miles que, continuamente nos están dando servicio, pues la idea es poder leer la web desde el móvil en cualquier sitio.
Es decir, con el libro tú puedes irte a Albacete y seguir leyendo la página, y ahora queremos lo mismo con el móvil. Para tener esta red GSM, todas y cada una de esas partes que la forman, tienen microchips, cables, ordenadores, que las interconectan, es decir volvemos al paso de antes de… universidades, empresas fundiciones… vamos, otra vez el PASO 1, por cada una de las piezas que forman esta red móvil.
Ya tenemos la red móvil, y ahora lo que queremos es poder conectarnos a internet, porque una cosa es poder hacer llamadas con el móvil y poder tener acceso a internet a través de la red móvil, y otra es internet en sí mismo, que no es propiedad de Telefónica, ni de Orange… ellos solo son dueños de la infraestructura de la red móvil.
Perfecto, pues vamos a por la red de internet. Internet es parecido a la red móvil: son un montón de ordenadores interconectados entre sí, como la red móvil, y a través de los cuales fluyen las letras del texto que queremos leer.
Esta red es el sistema más complejo que ha hecho el ser humano, y cualquier tipo de inteligencia conocida.
¿Qué es internet? Es cada teléfono móvil, cada ordenador, cada servidor de Amazon o Microsoft, cada aparato que hay en las calles dentro de una caja de plástico, son miles de millones de cables de cobre, plástico, acero, aluminio, antenas, y satélites, todos funcionando a la vez. Todo eso es internet, y no sobra nada, cada una de esas piezas se fabrica de nuevo siguiendo el PASO 1, es decir que tenemos que repetir el PASO 1 que usamos para fabricar tu móvil, miles de millones de veces para fabricar internet y que lo puedas usar.
Aquí tú puedes decir: ¡Ey! pero yo solo quiero acceder a una web, no necesito la energía y recursos que dependen de repetir miles de millones de veces el PASO 1.
Y este es uno de los grandes errores, pues la red debe de estar disponible para ti desde cualquier parte del mundo, es decir, internet te debe permitir a ti acceder a esa página web desde cualquier parte del mundo hacia cualquier otra parte del mundo donde esté la web que quieres leer.
No se puede apagar una parte de internet que no se esté usando en ese momento, y que solo se encienda el tramo que tú necesites para acceder desde tu casa hasta Dublín donde está esa web.
La idea de internet es que podrás leer la web alojada en un servidor de Irlanda, estés en casa, en Albacete, en la Estación Espacial Internacional, en la Luna, en Japón, en un campamento saharaui, en Dublín, desde la torre Eiffel… esa es la grandeza de internet, puedes acceder desde cualquier sitio a cualquier sitio, con lo que necesitas HACER este PASO 1 miles de millones de veces para tener internet funcionando y poder acceder a esa web… y ya está, ¿no?
Ji, ji, qué va, esto es solo el principio. Recordemos cómo íbamos: para tener mi página impresa en papel, teníamos que cortar árboles una vez, hacer una imprenta con metales cercanos, fundirlos, etc. Y ENCENDER LA IMPRENTA UNA VEZ PARA USARLA, imprimir la hoja y cerrarlo todo (sería una lástima, pero podemos hacerlo, no afecta que todo siga abierto e imprimiendo más copias), pues durante 50 años se puede ir el mundo al garete, que yo podré seguir leyendo mi hoja impresa.
Por ahora todavía no hemos accedido a la página web para leer la hoja, y ya hemos fabricado decenas de miles de millones de piezas, una y otra vez, haciendo el PASO 1 con empresas, ingenieros, triturando la tierra… Todo para poder acceder a la web, que ya casi estamos a puntito de leer, no os preocupéis.
Y nuestra petición en el móvil LLEGA AL SERVIDOR WEB DONDE ESTABA NUESTRA PÁGINA, el servidor estaba esperándonos alegremente, y nos dice: toma aquí tienes tu texto, ¡¡¡GRACIAS!!! Por primera vez, y después de decenas de miles de millones de piezas fabricadas, puedo leer el texto de Carl Sagan que buscaba.

No solamente esto, recordemos que para fabricar estas decenas de miles de millones de piezas, hemos tenido que triturar una buena parte del planeta, y además, para poder acceder a esta web ahora mismo, hemos gastado durante un milisegundo el 5 % de toda la energía del planeta. Es decir, cada vez que accedes a una web, el 5 % de toda la energía del planeta se pone un instante a tu disposición.
Recapitulemos una vez más, entonces, aparte de haber tenido que hacer el PASO 1, decenas de miles de millones de veces para construir internet, el móvil, y la red GSM, además de todo eso, mantener enchufado todo para que pueda acceder a la web, ha consumido durante un instante el 5 % de todo el petróleo, gas, energía nuclear, solar, hidroeléctrica, etc., del planeta, esto sin contar la energía que hizo falta para fabricar todas esas piezas…
Por otro lado, para imprimir en una imprenta tradicional, pero motorizada, usé unos 5 kWh una sola vez, que fueron unos 0,5 €. ¿Y ya está? pues no…
Pero antes de romperse más la cabeza, y que veas cifras de auténtica locura, vamos a centrarnos en una pieza del rompecabezas que hemos montado. Y es que hay gente que dice que ha hecho un sencillo servidor web solar donde se pueden alojar webs, han puesto unos paneles en su terraza. Es chachi, y ecológico… es decir, que uno de los ordenadores de este rompecabezas de 10.000.000 de piezas, uno solo, se dice que es ecológico porque lo han enchufado a un panel solar…
Es decir, que después de haber fabricado decenas de miles de millones de piezas y haber enchufado la red usando un 5 % de toda la electricidad del mundo, te llega un crack, y de dice que su web es ecológica… porque le ha puesto un panel solar. Esa web necesita de todo lo anterior, absolutamente todo lo anterior, no puede prescindir ni de una sola pieza de todo lo que he explicado antes: ni de tu móvil, ni de la red GSM, ni de internet, ni de los satélites… es decir, para que esa web ecológica funcione, tiene que existir todo lo demás.
Pero en modo fantasía, va y te dice que su web es ecológica, y mogollón de gente le da “Me gusta”, así como muchos brazos místicos diciendo “¡síííí tíoooo!”, eres ecológico… todos deberían ser como tú… voy a hacer mi web ecológica en blanco y negro… ¿Puede ser ecológico algo que forma parte de internet, para lo que necesitas un móvil, la red, todos sus aparatos y el 5 % de la energía del mundo? ¿Tú qué opinas?

Imagen de Okan Caliskan en Pixabay.
Pero lo peor de todo, querido lector, es que todavía no hemos acabado… ji, ji, ji…
A ver, volvamos al libro, puedes leerlo siempre que quieras, lo llevas en el bolsillo y lees la página que quieres, no vas a gastar ni un recurso más, ni un kilovatio, ni un árbol más, sólo sacas el libro y lo lees.
Igualmente puedes hacer lo mismo con tu móvil, lo llevas en el bolsillo, y puedes leer la hoja del libro y lo… espera… resulta que antes te dije que durante un segundo el 5 % de la energía del planeta estaba trabajando para ti… y por eso accediste a través de internet a la hoja del móvil… pero eso fue solo una vez… ahh, bueno, piensas… entonces realmente es peor el móvil que el libro porque cada vez que leo la página estoy usando el 5 % de todos los recursos del planeta para leerlo, a diferencia de cuando leo el libro, que ya no gasto nada más de luz… GRACIAS FELIX!!! ME HAS ILUMINADO!!! YA LO HE ENTENDIDO, MADRE MIAAAAAA, UFFF QUE LOCURA VIVAN LOS LIBROS…
No hijo no, no he dicho eso, no he dicho que cada vez que accedas se enciende todo internet para ti y entonces gastas el 5 % de todo… resulta que a diferencia de el libro, que cada vez que lo abres solo le tiene que dar el sol para leerlo (también hay que vigilar que no se lo coman las polillas) para que tú, desde la Estación Espacial, o desde Japón, o desde donde quiera que estés, puedas acceder a esa web, el sistema debe estar encendido esperando… usando el 5 %, el 10 %, el 15 %, cada vez más y más energía cada año que pasa, para que tú puedas, de forma aleatoria, encender el móvil y poder leer esa web.

No se puede apagar y enchufar la red, siempre debe estar encendida gastando para ti cada vez más energía y recursos del planeta, puedes imaginarte un bosque de 50.000 árboles por segundo siendo cortado mientras tienes el móvil en el bolsillo esperando a que accedas a tu web, uses o no el móvil, es como los bomberos, que no cobran por apagar un incendio, cobran por estar esperando, por si acaso hay un incendio. El caso es que tú les llamas porque se te quema la cocina, y ellos estaban ahí, esperando, pagando sus facturas, pagando la luz de la estación de bomberos, el mantenimiento de los camiones, etc.
¿Oyes las motosierras cortando bosques para mantener internet encendido mientras lees tu web?
Y esto nos lleva a otros problemas interesantes… estas decenas de miles de millones de piezas se van rompiendo y hay que cambiarlas y mejorarlas para que tu web esté disponible todos los días. Recordemos que el objetivo era poder leer la página que te gusta durante los próximos 50 años… entonces, los próximos 50 años debería de estar funcionando internet y el servidor donde está el texto.
Teniendo en cuenta que internet se renueva cada 5 años completamente, igual que tu cambias de móvil, tenemos que, estas 10.000.000.000 de piezas habrá que renovarlas como mínimo 10 veces en los próximos 50 años, y que habrá que mantener todo enchufado esos 50 años.
Se calcula que para 2030, internet ya consumirá el 15 % de la energía mundial… ya estamos haciendo el PASO 1, de camino al TRILLÓN DE VECES 1.000.000.000.000 , para fabricar entre medio trillón y un trillón de piezas, para que tú puedas seguir accediendo a tu página web… dentro de 50 años…
Mientras, el costo del libro en este tiempo es de 0,5 € de electricidad y gastos de impresión, más lo que costó fabricar el papel y la imprenta. Y eso fue hace 50 años…
Por desgracia, la inmensa mayoría de páginas web que se realizaron en el siglo XX ya no existen… es decir, que en 2020 el 99,9 % de todo internet, ha desaparecido: casi todas las webs de hace 20 años que añadiste a marcadores en 1998 ya no están… con lo que, sinceramente, la probabilidad de que la web donde está la página que querías ver, esté en 50 años, es casi nula, de un 0,0001 % teniendo en cuenta que a día de hoy, y habiendo pasado 20 años, el 99,9 % de las webs ya no existen.
Mientras tanto, ahí estará ese aburrido libro que está ocupando espacio en tu estantería esperando a ser leído… ¡gratis!
¿Nos quedamos con los libros? ¿Te ha servido este texto para imaginar cómo de grande es la locura en la que vivimos? Este texto está ya a la venta en mi libro Relatos Colapsistas 3, en www.relatoscolapsistas.com ¡¡¡EN PAPEL!!!
Un abrazo y espero les haya gustado el libro. Felix.
P.D.: ¿Y un libro electrónico? Los ebooks, son ordenadores, y como tales su vida útil es limitada. Probablemente, todos los ebooks fabricados hoy estarán rotos en 10 años, además de que muchos dependen de páginas web para descargar los libros, con lo que estamos en las mismas.

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